Satélite cayó a Tierra esta madrugada
Un satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) cayó a Tierra sin causar daños esta madrugada, luego de agotar el combustible que lo mantenía orbitando a poca altura, según informó la Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC).

Se trata del “Gravity Ocean Circulation Explorer” (GOCE), que estudió las variaciones de la fuerza gravitacional de nuestro planeta.

La ESA dijo en un comunicado que el satélite “entró en la atmósfera el lunes a las 12:00, amén una órbita descendente que cruzó Siberia, la zona occidental del Pacífico, la zona oriental del Océano Índico y la Antártica”.

La agencia espacial dijo que “como se esperaba, el satélite se desintegró en la atmósfera superior y no se han reportado daños materiales”.

Según la ESA, la última vez que se detectó una señal del satélite GOCE fue a eso de las 6:42 PM del domingo, cuando pasó sobre una estación de seguimiento en la Antártica. Se entiende que cayó poco después a Tierra y actualmente se analiza en dónde ocurrió el descenso, aunque es altamente probable que haya sido sobre el océano.

No se descarta que surjan reportes del avistamiento del satélite mientras reingresaba a la atmósfera, el cual pudo haber lucido como un impresionante meteoro.

La SAC explicó que este satélite siempre estuvo orbitando la Tierra a poca altura, pues los estudios que realizaba GOCE requerían una órbita de poca elevación para obtener datos más precisos. A pesar de que el satélite mantenía una órbita baja, ocasionalmente encendía un propulsor para compensar la altura que gradualmente perdía. Sin embargo, a mediados de octubre se agotó su combustible, por lo que comenzó a descender hacia la Tierra.

“Era un satélite que ocasionalmente fue visible a simple vista desde Puerto Rico”, señaló la entidad educativa al explicar que este y otros satélites son visibles luciendo como aparentes estrellas que se mueven cuando el Sol los ilumina, especialmente temprano en la noche (cuando está oscureciendo) y justo antes del amanecer.

GOCE orbitaba desde 2009, cuando fue lanzado desde Rusia, y sus instrumentos eran tan sensitivos que detectó las ondas de sonido del intenso terremoto ocurrido en marzo del 2011 en Japón, convirtiéndose en la primera nave en detectar un sismo desde el espacio.

Se entiende que el satélite, que medía 17 pies de largo por tres pies de ancho, penetró la atmósfera a una velocidad de 15,625 millas por hora (25,000 kilómetros por hora).