Una bebé manatí con heridas superficiales fue trasladada hoy, domingo, a una instalación especializada en Bayamón, después que bañistas la divisaron cerca de la playa Aviones en Loíza y notificaron a la Policía.
"Se trata de una hembra pequeña con parte del cordón umbilical todavía adherido a su cuerpo", dijo Nilda Jiménez, coordinadora del Programa de Rescate de Mamíferos Marinos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

Jiménez sostuvo que la manatí presenta heridas o rasguños que se entiende son superficiales, y también observó que el mamífero marino está bajo peso, pero recibiría atención adecuada en el Centro de Conservación de Manatíes, localizado en el recinto de Bayamón de la Universidad Interamericana (UIA).

Explicó que después de verificar el área y determinar que el animal marino estaba solo -o sea que su madre u otro adulto de la especie no nadaba en la zona- se procedió a trasladarlo a Bayamón, donde un veterinario especializado procuraría estabilizarlo.

"Lo más probable es que esté deshidratada", comentó Jiménez al explicar que en estos casos los peritos en la Red de Varamientos en la UIA le practican un examen médico, proceden a hidratarlo y procuran estabilizarlo pronto.
Como parte del protocolo en estos casos de rescates de la especie en peligro de extinción, también se le toman muestras de sangre para conocer si tiene alguna infección u otra condición, y de ser así, proceder de inmediato con algún tratamiento, señaló la coordinadora del DRNA.

"Hay que examinar su flotabilidad, si está nadando bien, y por lo general se comienza a hidratar por boca, pero en casos extremos también puede optarse por alimentar por sueros", manifestó Jiménez, quien es supervisora de personal del DRNA que intervino en el rescate.

Precisó que al principio, un manatí pequeño varado, al ser rescatado comienza con una dieta liviana para que pueda absorber bien el líquido. Explicó que pueden ser alimentados con biberón y "como a un bebé humano", se le administran varias fórmulas hasta determinar cuál es bien asimilada por su organismo.

De acuerdo con Jiménez, en ocasiones, debido a fuerte oleaje, un bebé manatí puede quedar distanciado de su madre o adultos que por lo general los protegen y están cerca. Por eso, antes de remover un manatí varado, se aseguran de que en la zona no hay adultos de su especie.

En este caso, la pequeña manatí estaba sola, y a media mañana, fue trasladada al centro especializado de la UIA y la Red de Varamientos. En ese lugar estará bajo observación y su recuperación podría demorar hasta dos años, estimó.