Unos sesenta soldados estadounidenses que trabajaban como consejeros, reclutadores o instructores en la sección de lucha contra la agresión sexual fueron despedidos después de que investigadores militares revelaran que estas personas cometieron delitos relacionados con el consumo excesivo de alcohol, además de abusos y asaltos sexuales, según los medios estadounidenses.

En mayo el secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, ordenó llevar a cabo la investigación de reclutadores e instructores. La medida se tomó tras el informe del Pentágono que estimó que 26.000 soldados de EE.UU. fueron asaltados sexualmente en 2012, tasa que aumentó en un 35% desde 2010. En aquel entonces el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, calificó de "crisis militar" los casos de asalto sexual en las filas del Ejército de EE.UU.